En el marco del Modelo de Cambio Profundo (MCP), el rol del docente mentor es dinámico y se adapta a las fases del trayecto educativo del estudiante. Durante la proximidad del egreso, esta figura se vuelve crucial, trascendiendo el acompañamiento académico para convertirse en un articulador clave entre el estudiante, los co-mentores especializados y el mundo profesional, productivo y académico. El objetivo es asegurar una transición exitosa y con propósito hacia los siguientes pasos, ya sea la educación superior o la inserción laboral.
A medida que los estudiantes se acercan a la finalización de su educación secundaria, el docente mentor asume una función de orientación estratégica y personalizada. En sintonía con las Trayectorias de Aprendizaje Ultra-Personalizadas del MCP, el mentor colabora estrechamente con cada estudiante para explorar sus intereses, aptitudes y aspiraciones futuras. Esto incluye guiar en la elaboración de un currículum vital y carta de presentación, preparar para entrevistas laborales simuladas y, fundamentalmente, ayudar a trazar un plan de estudio de carreras relacionadas con sus perfiles e inquietudes.
El mentor facilita una profunda reflexión sobre las competencias desarrolladas a lo largo de los proyectos, ayudando a los estudiantes a reconocer cómo estas habilidades –desde la resolución de problemas reales hasta la colaboración intercultural– son aplicables y valoradas en diversos contextos. Se convierte en un punto de referencia para disipar incertidumbres, potenciar fortalezas y preparar psicológicamente para el salto hacia una nueva etapa, manteniendo siempre un diálogo abierto y de confianza.
La esencia del MCP radica en las Redes de Colaboración Externa, y esto cobra especial relevancia en la fase de egreso. El docente mentor actúa como el puente principal que conecta a los estudiantes con profesionales y especialistas que se desempeñan como co-mentores activos. Estos co-mentores, provenientes de diversas áreas disciplinares y laborales, ofrecen una perspectiva invaluable:
El docente mentor coordina estas interacciones, asegurándose de que la contribución de los co-mentores se integre armónicamente en los proyectos finales y en la orientación vocacional. Esta colaboración enriquece la preparación de los estudiantes, dotándolos de un conocimiento más allá del curricular y de una red de contactos inicial valiosa.
El rol del docente mentor se expande también hacia el establecimiento y fortalecimiento de alianzas estratégicas a largo plazo con organizaciones, empresas, universidades, institutos terciarios y centros de formación. Estas conexiones no son meramente transaccionales; forman parte de la co-creación de proyectos que resuelven problemas reales y que ofrecen a los estudiantes experiencias de aprendizaje auténticas. Durante la proximidad del egreso, estas alianzas se transforman en puentes tangibles hacia el futuro laboral o académico:
El mentor negocia estas colaboraciones, asegurando que sean beneficiosas para ambas partes y que se alineen con los objetivos formativos del MCP, garantizando que el estudiante egrese con una visión clara de sus próximos pasos y las herramientas para alcanzarlos.
En definitiva, el docente mentor es una pieza irremplazable en el acompañamiento de los estudiantes durante la recta final de su educación secundaria en el MCP. Su habilidad para guiar, conectar y articular con co-mentores, el mundo externo y las entidades educativas no solo asegura una transición exitosa al egreso, sino que empodera a los estudiantes para tomar decisiones informadas, construir trayectorias significativas y convertirse en ciudadanos globales preparados para los desafíos del futuro. Es en esta tríada de mentor, co-mentores y la red de instituciones donde se consolida el verdadero propósito de nuestra formación: preparar individuos competentes, conscientes y conectados con su entorno.