En el corazón de nuestro Modelo, el trabajo en equipo va mucho más allá de simplemente agrupar estudiantes. Es una metodología intencionada que busca desarrollar habilidades del siglo XXI y que cada estudiante contribuya activamente a la obtención de créditos y logros concretos del grupo. Dos pilares fundamentales para que esta colaboración sea exitosa son una distribución de roles y tareas clara y la capacidad de resolver conflictos de manera constructiva.
La distribución de roles y tareas es una fase crítica del trabajo en equipo en el ABL, y el mentor juega un papel central en guiar a los estudiantes a través de este proceso. No se trata solo de "dividir el trabajo", sino de maximizar el potencial del equipo y asegurar que cada miembro se sienta valorado y responsable. Aquí te explicamos cómo abordamos esto:
Identificación de Fortalezas y Preferencias: Al inicio de cada proyecto, los estudiantes, con el acompañamiento de su mentor, son animados a reflexionar sobre sus propias fortalezas, intereses y habilidades previas. Al mismo tiempo, aprenden a reconocer las de sus compañeros. Por ejemplo, un estudiante puede ser excelente en la investigación, otro en la comunicación oral, y un tercero en el diseño visual. El mentor facilita esta autoevaluación y heteroevaluación inicial, ayudando a los equipos a construir un panorama de sus recursos humanos.
Definición de Roles Específicos y Rotativos: En cada proyecto, se alienta a los equipos a definir roles específicos que cubran las necesidades del trabajo. Estos roles no son estáticos y pueden incluir, entre otros:
Coordinador/Líder de Proyecto: Facilita las reuniones, asegura que se cumplan los plazos y media las discusiones.
Investigador Principal: Se encarga de la búsqueda y verificación de información relevante.
Diseñador/Creativo: Enfocado en la estética, presentación visual o conceptualización de ideas.
Comunicador/Presentador: Responsable de articular los hallazgos del equipo y la exposición final.
Editor/Revisor: Asegura la coherencia, gramática y claridad del producto final. El mentor promueve la rotación de roles a lo largo de diferentes proyectos. Esto permite que cada estudiante experimente distintas responsabilidades, descubra nuevas habilidades, y comprenda la importancia de cada función en el éxito colectivo, fomentando su autonomía en relación con otros y su adaptabilidad.
Asignación de Tareas Claras y Medibles: Una vez definidos los roles, las tareas específicas se desglosan y se asignan a los miembros o subgrupos. El mentor guía a los estudiantes para que estas tareas sean:
Claras: Todos deben entender qué se espera de cada tarea.
Alcanzables: Deben ser realistas para el tiempo y las habilidades disponibles.
Medibles: Debe ser posible verificar su cumplimiento. Esta claridad evita malentendidos, duplicidades y la sensación de que "alguien no está haciendo su parte". Se enfatiza la interdependencia positiva, es decir, que el logro de una tarea individual impacta directamente en el éxito del proyecto general.
Monitoreo y Apoyo del Mentor: La distribución de roles y tareas no es un acto único al inicio del proyecto. El mentor realiza un monitoreo constante del progreso de los equipos. Observa las dinámicas, ofrece retroalimentación sobre la eficiencia de la distribución y los ayuda a realizar ajustes si alguna tarea es demasiado pesada o si un rol no está funcionando como se esperaba. Este seguimiento es crucial para asegurar que el proceso sea justo y efectivo para todos los estudiantes.
En cualquier entorno de trabajo colaborativo, y más aún en un grupo de estudiantes adolescentes, es natural que surjan diferencias de opinión, desacuerdos sobre cómo abordar una tarea o incluso fricciones personales. Lejos de ver estos conflictos como un obstáculo, en el ABL los consideramos valiosas oportunidades de aprendizaje para desarrollar competencias sociales fundamentales que contribuyen a una convivencia armónica y al liderazgo.
Normalización del Conflicto: El mentor trabaja para desestigmatizar el conflicto. Se enseña a los estudiantes que los desacuerdos son parte natural del proceso de colaboración y que pueden ser una fuente de nuevas ideas y soluciones más sólidas si se manejan adecuadamente. El objetivo no es evitar el conflicto, sino aprender a gestionarlo.
Enseñanza Explícita de Habilidades de Resolución: El mentor no solo espera que los estudiantes resuelvan sus conflictos, sino que les enseña activamente las habilidades necesarias para hacerlo. Esto incluye:
Escucha Activa: Comprender genuinamente el punto de vista del otro antes de responder.
Comunicación Asertiva: Expresar las propias necesidades y opiniones de forma clara y respetuosa, sin agredir.
Empatía: Ponerse en el lugar del compañero para entender sus motivaciones o frustraciones.
Negociación y Búsqueda de Consenso: Explorar opciones juntos para encontrar soluciones mutuamente aceptables, que no impliquen que uno "pierda" y otro "gane".
Mediación (con apoyo del mentor): En casos donde los estudiantes no logran resolver un conflicto por sí mismos, el mentor interviene como mediador, guiándolos a través de un proceso estructurado para identificar el problema, expresar sus sentimientos y buscar una solución conjunta.
Reflexión Post-Conflicto: Después de resolver un conflicto, el mentor anima a los estudiantes a reflexionar sobre lo sucedido: ¿Qué aprendimos de esta situación? ¿Qué podríamos haber hecho diferente? ¿Cómo contribuyó a mejorar nuestro trabajo o nuestra relación? Esta metacognición es clave para internalizar las habilidades de resolución de conflictos y aplicarlas en el futuro.
Vinculación con la Obtención de Créditos: La capacidad de distribuir roles, colaborar eficazmente y resolver conflictos son competencias explícitas en el ABL. El mentor evalúa y documenta el progreso de los estudiantes en estas áreas, lo que se traduce directamente en la obtención de créditos por el desarrollo de su autonomía en relación con otros y su habilidad colaborativa.
Al ser explícitos en la distribución de roles y tareas y al proporcionar las herramientas para la resolución de conflictos, no solo garantizamos que los proyectos se realicen con éxito, sino que formamos estudiantes capaces de navegar las complejidades de la interacción humana, preparándolos para ser miembros productivos y armónicos en cualquier equipo, tanto en sus estudios superiores como en su proyecto de vida.
En nuestro modelo educativo, la inducción, la elección de mentores y la construcción de equipos son etapas cruciales que marcan el rumbo del aprendizaje y la experiencia de cada estudiante. Estas fases, lejos de ser meros trámites administrativos, son oportunidades para fomentar la autonomía, la responsabilidad y el sentido de pertenencia.
I. Inducción: Descubriendo el Propio Camino
La etapa de inducción es la puerta de entrada a nuestro modelo. Su objetivo es que los estudiantes exploren los diferentes trayectos disponibles (Artes, Humanidades y Ciencias Sociales, Ciencias y Tecnología, Economía y Administración) y tomen una decisión informada sobre su futuro académico.
Exploración Activa:
Talleres Vivenciales: Cada trayecto ofrece talleres prácticos donde los estudiantes experimentan actividades representativas. Por ejemplo, en Artes, podrían usar el estudio multimedia o el aula de arte. En Ciencias y Tecnología, el laboratorio o el aula de tecnología.
Muestras de Proyectos: Los estudiantes de años superiores presentan sus productos finales y comparten sus experiencias. Esto permite ver la aplicación real de los conocimientos.
Visitas a Espacios: Se recorren las instalaciones (ej. biblioteca, aula de lectoescritura, aula de matemática) para que los estudiantes se familiaricen con los recursos disponibles.
Aproximación Temprana y Extensión Comunitaria:
Participación de Futuros Estudiantes: Durante los últimos meses del ciclo lectivo, se convoca a estudiantes del último año de la escuela primaria para participar en actividades específicas, como talleres o demostraciones de proyectos. Esto les brinda una aproximación tangible a nuestro modelo antes de la transición.
Presencia en Ferias y Eventos: Se presenta nuestro modelo educativo en eventos clave como la feria anual de la escuela o la Feria PIC de octubre de cada año. Esto permite a los futuros estudiantes y a la comunidad en general comprender la filosofía y las herramientas de nuestro enfoque pedagógico, incluyendo el rol del docente mentor y el uso de recursos tecnológicos.
Reflexión Guiada:
Cuestionarios de Intereses: Se utilizan herramientas para identificar aptitudes, preferencias y estilos de aprendizaje.
Diálogos con Mentores: Los docentes mentores de cada trayecto ofrecen charlas informales, respondiendo preguntas y compartiendo su pasión por el área.
Foros de Debate: Se promueve la discusión entre los estudiantes sobre sus expectativas y temores.
III. Elección de Mentores: Un Compañero de Trayecto
La elección del mentor es un momento significativo. El mentor será un guía cercano, un referente y un apoyo constante a lo largo del trayecto.
Conexión Personal:
Presentaciones de Mentores: Cada docente mentor se presenta, compartiendo su trayectoria, sus intereses y su enfoque pedagógico.
Entrevistas Informales: Los estudiantes tienen la oportunidad de conversar individualmente con los mentores que les interesan.
Observación en Acción: Si es posible, los estudiantes pueden observar a los mentores en clase o en actividades de proyecto.
Decisión Informada:
Guías de Reflexión: Se proporcionan herramientas para ayudar a los estudiantes a identificar qué buscan en un mentor (ej. estilo de comunicación, áreas de especialización).
Período de Prueba: Se permite un tiempo para que los estudiantes interactúen con diferentes mentores antes de tomar una decisión final.
Para garantizar una transición fluida y una elección consciente, el proceso se implementa de la siguiente manera:
Elección del Trayecto (Inicio del Ciclo Lectivo):
Después de la etapa de inducción y exploración, los estudiantes formalizan su elección de trayecto. Esta decisión se realiza al inicio del ciclo lectivo, brindándoles un marco claro para sus primeros proyectos.
Para los estudiantes del ciclo básico, el primer trimestre o la duración del primer proyecto (12 semanas) se considera un período de prueba. Durante este tiempo, se fomenta la exploración activa dentro del trayecto elegido.
Conformación de Equipos de Trabajo (Primera Semana del Proyecto):
Una vez definidos los trayectos, se procede a la construcción de equipos de trabajo para el primer proyecto del trimestre/año.
El docente mentor del trayecto, con apoyo de la coordinación, conforma estos equipos de manera estratégica, buscando la complementariedad de habilidades y la diversidad entre sus miembros, incluyendo la integración activa de estudiantes con dificultades de aprendizaje u otras dificultades. Se consideran las fortalezas individuales en áreas como el manejo de herramientas tecnológicas, la producción escrita, la expresión artística, o el razonamiento matemático.
Se establecen claramente los roles flexibles dentro del equipo y las expectativas de cumplimiento de las tareas de equipo y escucha activa.
Elección de Mentores (Final de la Primera Semana del Proyecto):
Con el trayecto elegido y los equipos conformados, los estudiantes realizan su elección individual de docente mentor.
Se presenta la oferta de mentores de cada trayecto, detallando sus perfiles y áreas de especialización.
Si bien se espera que la mayoría elija un mentor dentro de su propio trayecto, se contempla la posibilidad de que un estudiante pueda optar por un mentor que no se encuentre en su trayecto principal, siempre y cuando exista una justificación pedagógica sólida y la disponibilidad del mentor elegido. Esta flexibilidad reconoce intereses específicos o la necesidad de un tipo particular de acompañamiento.
Nuestro modelo reconoce que el aprendizaje es un camino de autodescubrimiento, y por ello, permite ajustes en las elecciones iniciales:
Cambio de Trayecto y/o Mentor al Final del Período Escolar:
Al finalizar cada período escolar (trimestral), coincidiendo con la culminación de los proyectos de 12 semanas, los estudiantes tienen la posibilidad de optar por el cambio de trayecto y/o por el cambio de mentor.
Esta opción es particularmente relevante en el ciclo básico, donde la exploración y la definición de intereses aún están en proceso. El primer trimestre/proyecto sirve como un período de prueba fundamental para que los estudiantes experimenten su elección y tomen decisiones más consolidadas.
Consolidación Progresiva:
Aunque se permiten estos cambios al finalizar cada trimestre o incluso cada año, se espera que sean menores a medida que los estudiantes avanzan y consolidan sus elecciones. La continuidad en el trayecto y con el mentor favorece la profundización del aprendizaje y la construcción de relaciones pedagógicas sólidas. La actitud frente a los errores y la resolución de situaciones problemáticas y toma de decisiones aprendidas en los proyectos previos contribuyen a que los cambios, de producirse, sean más meditados.
Acompañamiento en los Cambios:
Los docentes mentores y la coordinación acompañan a los estudiantes en estas decisiones, brindando orientación y asegurando que cualquier cambio se realice de manera informada y beneficiosa para el proceso de aprendizaje del estudiante.
La construcción de equipos de trabajo es fundamental en el ABP. La diversidad de perspectivas y habilidades potencia el aprendizaje y la creatividad e innovación.
Equipos Estratégicos:
Perfil de Equipo: Se identifican las habilidades necesarias para el proyecto (ej. manejo de herramientas tecnológicas, producción escrita, expresión artística).
Complementariedad: Los equipos se forman buscando un equilibrio entre fortalezas y áreas de mejora.
Roles Flexibles: Se alienta a que los roles dentro del equipo roten, permitiendo que todos los estudiantes desarrollen diferentes habilidades.
Fomento de la Colaboración:
Dinámicas de Grupo: Se realizan actividades para fortalecer la comunicación, la escucha activa y el cumplimiento de las tareas de equipo.
Contratos de Equipo: Los propios estudiantes establecen normas de funcionamiento y responsabilidad.
Celebración de la Diversidad: Se destaca el valor de cada contribución individual y cómo la heterogeneidad enriquece el proceso de aprendizaje.
Estas estrategias, implementadas de manera consciente y reflexiva, garantizan que la inducción, la elección de mentores y la construcción de equipos sean experiencias significativas y empoderadoras para nuestros estudiantes, preparándolos para un trayecto educativo exitoso y enriquecedor.